¿Te has puesto a pensar en el lavadero de la cocina donde limpias los alimentos y los utensilios que tu familia se lleva a la boca? Sí, es ASÍ de importante.
Lavaderos de una poza: ideales para cocinas medianas o pequeñas.
Son los tradicionales. Solo fíjate de qué lado está el espacio para el escurridor, para ver si se acomoda a la persona que más va a usar el lavadero (hay personas zurdas que prefieren este espacio a la izquierda). A un lavadero de una poza se le puede dar el toque con una grifería moderna y con organizadores de diseño especial (escurridores de colores, colgadores de pared) que permitan despejar el espacio y, a la vez, decoren.
Lavaderos de dos pozas: separan el detergente de los alimentos.
Lavar la vajilla sin que el detergente toque los alimentos es más fácil en los lavaderos de dos pozas: mientras en una poza puedes lavar platos, cubiertos y ollas, en la otra puedes dejar remojando verduras, descongelar carne, etc. Si el espacio de tu cocina lo permite, estos lavaderos de doble poza son ideales, cómodos y espaciosos. Ten en cuenta que la grifería que escojas sea la adecuada para llegar a ambas pozas.
Tip: para asegurar una larga vida a tu lavadero, límpialo con un producto especial para cromados y acero inoxidable (¡no con el detergente que usas para lavar los platos!); así lo mantendrás tan brillante y sin manchas como el primer día. Además, revisa cada tanto la silicona que une el lavadero al mueble; si está manchada, cámbiala, es sencillo y hará que la cocina en general luzca como nueva.